Becas Europa: El tractor de la universidad

Todo comenzó en enero de 2023. Tan solo habían pasado unos meses desde el comienzo de la clase 11, cuando el Sr. Jorge nos anunció la convocatoria de la XIX edición de Becas Europa, un programa promovido por la Universidad Francisco de Vitoria (Pozuelo de Alarcón, Madrid) y el Banco Santander: «Nuestro objetivo: premiar y potenciar el talento de los mejores alumnos preuniversitarios de España».

Me inscribí con otros dos compañeros por curiosidad, sin llegar a imaginarme el largo proceso de selección ni crearme esperanzas de ganar el premio: un viaje durante veinte días por diversas universidades europeas con los 50 mejores preuniversitarios de España. Así fue como empezó mi camino en busca del valor de la universidad.

Primera fase. En marzo de 2023 realizamos un test psicotécnico, una prueba de nivel de inglés y un cuestionario de preguntas abiertas. Fueron varias horas de sudor y de nervios…

Segunda fase. En verano de 2023 tuvimos que preparar un proyecto audiovisual que nos diera a conocer a nivel personal en menos de un minuto. Fue todo un reto encontrar las palabras para definirme y persuadir al tribunal de mi perfil interesante.

Tercera fase. En octubre de 2023 nos enfrentamos a un debate libre en grupos, argumentando sobre un artículo de opinión que criticaba a la institución de la universidad. De esta forma, hicimos una videollamada con otros participantes desconocidos y defendimos nuestra tesis sobre el tema lo mejor posible. ¡Qué nervios!

Cuarta fase. ¡Por fin, llegó el momento soñado! A partir de diciembre de 2023 nos asignaron el tema del proyecto BE Talent: “la crisis migratoria en las Islas Canarias”.
En primer lugar, presentamos nuestra propuesta de forma individual, que podía abordar cualquier área de trabajo y plantearía una solución a la cuestión.
Más adelante, comparamos nuestro trabajo con los demás y nos unimos a 6 u 8 compañeros de equipo para preparar el proyecto final. El premio se veía en nuestras sonrisas nerviosas, se oía en nuestros gritos de euforia, al saber que éramos los 200 candidatos restantes para el fin de semana de selección en Madrid.

Del 9 al 11 de febrero de 2024 viví una experiencia inolvidable, rodeado de mentes brillantes y mentores admirables. Llegamos a Madrid en avión, en tren, en coche, en metro… de todos los rincones de España. Allí nos encontramos en Moncloa para coger el servicio de guagua privado que nos trasladaba a la UFV.
En esta universidad incentivaron de conocimiento y la pasión por nuestras vocaciones. La convivencia en los hoteles estuvo acompañada de grupos de trabajo con monitores exalumnos, comidas y cenas, de charlas en la sede del Banco Santander e, incluso, realizamos el análisis de la canción “Ateo” de C. Tangana y Nathy Peluso.
En definitiva, me sorprendió la variedad de actividades que realizamos en menos de 48 horas: la exposición oral de los proyectos ante un tribunal, la gincana con juegos y retos divertidos y competitivos, las entrevistas personales y los talleres de orientación profesional.

Al final de este viaje, sigo mi camino con grandes lecciones de vida, con nuevas amistades y con el privilegio de formar parte de esta familia de preuniversitarios. He aprovechado la oportunidad, independientemente de mi rumbo, porque valemos mucho. Aquí nos enseñaron que la universidad es un verdadero tractor que arrastra.

Paul Schmidt Tous

 

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